1914 traducción de H. Rackham
Pero debo explicarte cómo nació toda esta idea errónea de denunciar el placer y alabar el dolor y te daré una descripción completa del sistema y expondré las enseñanzas reales del gran explorador de la verdad, el maestro constructor de la felicidad humana. Nadie rechaza, no le gusta o evita el placer en sí mismo, porque es placer, sino porque aquellos que no saben cómo perseguir el placer racionalmente encuentran consecuencias que son extremadamente dolorosas. Tampoco hay nadie que ame, persiga o desee obtener el dolor por sí mismo, porque es dolor, pero porque ocasionalmente se dan circunstancias en las que el trabajo y el dolor pueden procurarle un gran placer.Para tomar un ejemplo trivial, ¿quién de nosotros emprende un ejercicio físico laborioso, excepto para obtener algún beneficio de él? Pero, ¿quién tiene derecho a criticar a un hombre que elige disfrutar de un placer que no tiene consecuencias molestas, o uno que evita un dolor que no produce ningún placer resultante? "
Sección 1.10.33 de "de Finibus Bonorum et Malorum", escrito por Cicerón en el 45 a. C.
"En vero eos et accusamus et iusto odio dignissimos ducimus qui blanditiis praesentium voluptatum deleniti atque corrupti quos dolores et quas molestias excepturi sint spectacati cupiditate non provident, similique sunt in culpa qui officia deserunt mollitia animi, id est laborum et dolor fuidegam. rerum facilis est et expedita distinio. Nam libero tempore, cum soluta nobis est eligendi optio cumque nihil impedit quo minus id quod maxime placeat facere possimus, omnis voluptas assumenda est, omnis dolor repellendus. ut et voluptates repudiandae sint et molestiae non recusandae. Itaque earum rerum hic tenetur a sapiente delectus, ut aut reiciendis voluptatibus maiores alias consequatur aut perferendis doloribus asperiores repellat. "
1914 traducción de H. Rackham
"Por otro lado, denunciamos con justa indignación y disgusto a los hombres que están tan engañados y desmoralizados por los encantos del placer del momento, tan cegados por el deseo, que no pueden prever el dolor y la angustia que seguramente sobrevendrán; La culpa es de quienes fallan en su deber por debilidad de la voluntad, que es lo mismo que decir por rehuir el trabajo y el dolor. Estos casos son perfectamente simples y fáciles de distinguir. En una hora libre, cuando nuestro poder de elección está libre y cuando nada impide que podamos hacer lo que más nos gusta, todo placer debe ser bienvenido y todo dolor evitado. Pero en determinadas circunstancias y debido a las exigencias del deber o las obligaciones de los negocios, con frecuencia ocurrirá que los placeres deban ser repudiados. y las molestias aceptadas. Por lo tanto, el sabio siempre se apega en estos asuntos a este principio de selección: rechaza los placeres para conseguir otros placeres mayores, o bien soporta dolores para evitar dolores peores ".